Esta semana que estamos hablando de la humildad, quiero compartir una palabra contenida en Filipenses 2:3. Dice así: "Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo;".
El creyente debe comprender que nada hacemos o debemos hacer por competencia o contiendas. No se trata este camino de quien sabe o hacer más o mejores cosas; se trata de humillarnos delante de Dios y decirle que no hemos logrado nada y que quienes estan a nuestro alrededor estimamos superiores a nosotros, no lo contrario. Cuando llegamos a este nivel de pensamiento, reflejamos el amor de Dios en nuestras vidas. Renunciamos al yo, para dar paso a Él en nuestros corazones.
Hoy debemos reflejar el amor de Dios en el trato hacia los demás. Nos corresponde dar valor a nuestros amigos, con un trato que resalte la vida de ellos, antes que la nuestra. Tu compañero de trabajo, escuela, universidad, vecino, familia hoy deben sentirse valorados por nuestro trato. Dios es fiel, estoy seguro que verás cosas grandes en la humildad.
Dejemos la contienda y valoremos en humildad la amistad.
Dios le bendiga,
@Letras_bendic
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