Este es un espacio de reflexión de la Palabra de Dios. Aquí puedes encontrar palabra de aliento, exhortación, edificación. Esperamos ser de bendición a usted. Dios les bendiga
lunes, 22 de agosto de 2016
SEMILLA QUE DA FRUTOS
"Decía además: Así es el reino de Dios, como cuando un hombre echa semilla en la tierra.", (Mr 4:26) así comienza la descripción de la parábola del crecimiento de la semilla, la cual tiene una serie de descripciones del proceso que lleva esa semilla posterior al hacer contacto con la tierra. Hay una explicación de la razón por la que Jesús compara el reino de Dios con el hombre que echa la semilla, o por lo menos es una a la que más me apego. Ante todo quiero que tengamos bien claro que hay cosas que naturalmente se dan sin que nosotros nos demos cuenta o sin que tengamos que hacer nada; hay momentos que hemos visto cosas que han pasado y nos preguntamos ¿cómo sucedió aquello?; tenemos la mirada puestas en nuestros hijos, proveemos a sus necesidades, pero ni nos damos cuenta cuando crecen; regamos una planta todos los días, le abonamos, pero crece sola.
En la parábola que estamos compartiendo con usted se denota una comparación que involucran elementos como los que explique arriba. La semilla representa la Palabra que entra en nuestros corazones, por medio de la predicación. Cuando escuchamos la proclamación de la Palabra estamos recibiendo una semilla que debe llevar un proceso en nuestras vidas, hasta vernos crecer en Dios. Lo que sucede es que debemos comprender que el crecimiento no es visible, tangible en ocasiones y que debemos esperar que sea Dios quien haga lo que le corresponde. No se trata de un crecimiento mágico o que instantáneamente seremos perfectos o buenos. Cuando la Palabra de Dios llega a nuestras vidas debemos estar dispuestos a someternos a un proceso de crecimiento, que muchas veces va a doler, en ocasiones no seremos los mejores y estaremos expuestos a duros momentos, pero al final Dios nos hará crecer.
Dice que la semilla brota y crece sin que el hombre sembrador se de cuenta. Los que nos dedicamos a la labor de la predicación o los que escribimos para públicos diversos, regularmente no vemos los frutos de lo que hacemos, aunque hay tiempos que si; pero cuando esta el tiempo de siembra, y sembramos esa Palabra de Verdad, procede un tiempo de brote de esa semilla, la cual se dará sin que nos demos cuenta. Hay cosas que sucederán sin que nos demos cuenta. Ese brote sucede por varios asuntos que van a suceder, nada pasará por casualidad, ni por nuestra voluntad, todo dirigido por la mano de Dios: Hierba, espiga, grano y fruto. Diversos momentos por los que pasa la semilla, en nuestro caso por los que pasa la Palabra de Dios, se reflejan en las etapas de nuestra vida cristiana. Para llegar al fruto, primero hay que ser grano, antes espiga, hierba y semilla en primera instancia.
El reino de Dios ha sido sembrado en su corazón, la tierra representa nuestras vidas, permite que Dios haga su parte para que llegues a tener fruto.
Dios les bendiga siempre,
Twitter: @Letras_bendic
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