viernes, 23 de septiembre de 2016

EL PODER DE UN REENCUENTRO

A muchos de nuestros lectores les habrá tocado la oportunidad de estar lejos de algún ser querido o amigo, que ama mucho. El sentimiento se apodera de nuestras vidas, por las ganas de ver a esta persona, que desde hace mucho no estamos con él. Anhelamos el abrazo de un padre, madre, hijos que por algún viaje largo se han encontrado distantes. Y llega el día del reencuentro; es un sentimiento muy especial que hace explotar un mar de emociones encontradas; ha sido mucho tiempo sin esa persona amada. 

Ahora, imaginemos por un momento la misma historia, pero en otro escenario y con otros actores. Nosotros lejos de Dios, él extrañando nuestra cercanía e inmersos en un largo viaje. Ocupados en los placeres de la vida, pero Dios siempre anhelando nuestro regreso, ya que tiene muchas cosas que contarnos y a la vez tiene grandes planes en sus manos para nosotros. Y llegó el tiempo del reencuentro, explota un mar de emociones encontradas, el gozo del Señor es nuestra fortaleza. Es cuando entendemos que nuestro lugar no es lejos sino cerca; nos damos cuenta que el estar distante tiene un efecto negativo, es mejor estás próximo a Dios. El abrazo del Padre, dando la bienvenida a un hijo, las lagrimas que salen son producto de la alegría que sentimos en el reencuentro. Usted puede imaginar el gozo de Dios al vernos regresar?.

Bien lo dice la Palabra de Dios, "pero si os volviereis a mí, y guardareis mis mandamientos, y los pusiereis por obra, aunque vuestra dispersión fuere hasta el extremo de los cielos, de allí os recogeré, y os traeré al lugar que escogí para hacer habitar allí mi nombre". (Neh 1:9) Esto me parece una promesa muy hermosa para nosotros, dicha por Dios. No importa que tan lejos estés vuelve a Dios, porque hay un lugar preparado para ti, con muchas cosas que solo Él te puede dar. Andamos por el mundo buscando de todo, pero hemos olvidado que es Dios quien nos bendice y nos da lo que necesitamos. El reencuentro tiene poder, transforma vidas y revitaliza el amor.

Oremos: "Señor, dame las fuerzas de regresar, reconozco que sin ti nada soy, que separado de ti no tengo nada. Admite nuevamente a este tu hijo, ayúdame, restaura mi vida y tráeme el gozo que en otro tiempo lo proclame como mi fortaleza. Hoy es el día de regresar a tus brazos".

Dios le bendiga,

@Letras_bendic


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