Estaba pensando en las cualidades de los diamantes y como
puede ser asociado a la vida de un creyente. Los cristianos pasamos por procesos
como el diamante. Éramos carbón, piedra sucia, con impurezas y cuando fuimos depositados en las manos de Dios
las cosas cambiaron. Andamos en medio de caminos de transformación, que hacen
que lo mejor de nosotros salga a la luz. Lo que se encontraba escondido es sacado
a luz por Dios. Quizás el mundo conozca al peor hombre o mujer, pero Dios
conoce al mejor hijo, discípulo y cristiano exitoso.
La cierto es que cuando aceptamos a Jesús como nuestro
Salvador, nos saca desde un montón de pedazos de carbón y nos lleva a su taller,
donde sufrimos los más especiales procesos de refinamiento. Así llegamos a la condición
que Él predestino desde antes de la fundación del mundo para nosotros.
El proceso de un diamante logra poner valor fundamental y
agregado al producto de nuestra vida.
Dios te bendiga.
@Letras_bendic
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