Cuando estamos en medio de una reunión siempre observaremos diversas opiniones y cada uno considera que su posición es la correcta, la defiende, expone, enarbola y vende como la versión correcta y bien fundamentada; por lo que las demás posiciones parecen incoherentes, incorrectas y alejadas de la verdad. Es un problema serio ponernos de acuerdo cuando uno y otro piensa de esa manera, ya que al juzgar a los demás y sus conceptos no somos tan objetivos que digamos.
En Mateo 7:5 se nos invita a sacar la viga de nuestro propio ojo, para luego sacar la de nuestros hermanos. Esto corresponde a analizar primero lo que pensamos, decirnos, hacemos u omitimos; para luego ver lo que piensa, dice, hace u omiten los demás. Proverbios 3:7 dice: "No seas sabio en tu propia opinión...". En medio de un dialogo debemos estar claros que no siempre tendremos la razón, otros pueden tenerla y exponer posiciones con tal brillantes que debemos admitir su importancia. No es correcto andar señalando a todo el mundo como si fuéramos los dueños absolutos de la verdad. De donde viene todo esto, pues viene del concepto de amor que nos enseña Jesús en su Palabra. Un cristiano que dice amar a Dios, ama a su prójimo y respeta las opiniones de otros.
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Dios les bendiga,
@Letras_bendic
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