Todos en algún momento hemos necesitado ser perdonado o perdonar. La verdad el perdón tiene un efecto terapéutico muy especial en el corazón del hombre, que pretendo tomar un tiempo para reflexionar al respecto.
Perdonar significa disculpar la ofensa de alguien o simplemente
no tomar en cuenta su falta. Conforme las Escrituras Sagradas, el concepto
perdonar proviene de varias palabras hebreas y griegas que tienen en común la
idea de liberar a un ofensor de la culpa y restaurar la relación personal que
existía antes de la ofensa. Por ejemplo, se usa el verbo hebreo nâsâ, para
referirse a "levantar [quitar]" la culpa. En griego, el verbo jarízomai
significa “dar con gracia" como un favor. En este sentido, la palabra
perdonar puede entenderse como la acción de dejar pasar la ofensa de alguien, como
cuando una persona deja de exigir que se le pague una deuda.
Jesús usó esta comparación al enseñar a sus discípulos a orar:
“Y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los
que nos deben” (Lucas 11:4). De igual manera, en la parábola del esclavo que no
mostró misericordia, Jesús explicó que el perdón es como la cancelación de una
deuda (Mateo 18:23-35). Todos los hombres hemos pecado y Dios nos perdona.
Ahora, imaginemos por un momento que requieren aquellos que nos ofenden, yo
pienso que igual misericordia deberíamos tener. Perdonar al prójimo, a aquellos
que se han levantado contra nosotros, dejar las cargas en las manos de Dios, esa
es la tarea de todo aquel que dice ser un testigo de Jesús.
El perdón nos libera, nos capacita para amar, nos ayuda a
crecer, nos pone en posición de triunfo y sobre todo nos trae paz. Que este sea
un día donde podemos perdonar y ser perdonados.
Dios les bendiga,
@Letras_bendic
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