jueves, 22 de septiembre de 2016

JAMÁS ES TARDE

Un hombre tuvo un hijo que, producto de un accidente, quedó en situación de cama, inmóvil. La relación del padre y el hijo no fueron la mejor, pero producto de ese accidente, el padre, quien previamente había tenido un dialogo corto con su hijo, conoció al señor Jesús y le abrió su corazón. Ya aquel hijo para esos momentos había dado el paso de fe, pero cuando su padre decidió amar a Jesús con toda su vida, muchas cosas cambiaron y se dieron en positivo para ambos. El cambio de su padre fue como si “se encendiera una lámpara en su vida”. Catorce meses después, el padre muere. Aquel hijo, ahora joven universitario, luego de este acontecimiento, aún sintiendo sentimientos de inferioridad, producto de tantas situaciones por las que había pasado, reflexionó. En medio de un campo, dijo las siguientes palabras: “Dios solo tengo fracasos, pero si tomas mis debilidades y te glorificas en ellas, yo te serviré cada vez que respire”. Ya para este momento se había recuperado y vuelto a caminar.

Esta es parte de la historia de  Joslin "Josh" McDowell, quien es un apologista, evangelista y escritor cristiano evangélico estadounidense. La historia de este hombre de Dios estuvo marcada por el pasado de un padre alcohólico, por el sentimiento de creer no importarle a nadie, en medio de situaciones de desesperanza; pero en medio de su mensaje me llama la atención que nos dice que “Jamás es demasiado tarde”. Yo diría que cuando nos encontramos en circunstancias difíciles, cuando la duda nos visita, junto a la desesperanza, es cuando debemos recordar que Nunca es Tarde para volver a intentarlo o comenzar. El protagonista de esta historia expresa en su autobiografía que lo que le impedía acercarse a Dios era la imagen de su padre terrenal, él no era capaz de ver la diferencia entre un padre terrenal y uno celestial. Pero en medio de toda esta reflexión tuvo que comprender que Dios le amaba.

El cristianismo no es una religión es relación. Ese cristianismo del que hablamos es Dios acercándose a nosotros, por medio de Jesús ofreciendo una relación de amor. Lo que nos lleva a Dios es su amor, ya que Jesús murió por mi y también lo hizo por ti. Alguien que lee estas líneas me preguntará: ¿Cómo hago para aceptar esa relación personal con el Señor? Bien, llegamos a Cristo por la fe, con una oración que expresa ese deseo.

Que les parece si hacemos esa oración en estos momentos. Repite esta oración:

“Señor Jesús, te doy gracias por este momento. Quiero abrir mi corazón, quiero que entres a mi vida. Escribe mi nombre en el Libro de la Vida y borra ese mismo nombre de todo libro de muerte en los que estuve hasta hace algún tiempo. Gracias porque hoy te puedo decir Padre y tu me dirás hijo”. Amén

Si hiciste esta oración, les daremos cuatro consejos:
1. Busca un seguidor de Jesús cerca de ti. Háblale que hiciste esta oración. Seguro él te dará algunos consejos personales. Y harán oración juntos;

2. Busca una Biblia y lee con detenimiento el evangelio de Juan en el capítulo tres (3). Esto por lo menos en principio;

3. Busca una iglesia cristiana cerca de tu ciudad y asiste a la congregación, te hará bien estar entre hermanos de la fe;

4. Queremos ayudarte a crecer, visita nuestro blogger: www.letrasquebendicen.blogspot.com, allí encontrarás material que te ayudará a comprender mejor esta decisión que has tomado y a progresar en la vida cristiana. Les agradecemos mucho que nos permitan estar en contacto y ser  parte de sus vidas.

Dios te bendiga,

@Letras_bendic

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